El Museo de Arte Contemporáneo Esteban Vicente se unió un año más a la convocatoria del ICOM para la celebración del Día Internacional de los Museos el día 18 de mayo.

El lema Museo y Memoria nos proponía reflexionar sobre la importancia de los museos que guardan objetos, historias y experiencias configurando la memoria individual y colectiva.
Pero además era una ocasión única para revisar y poner en práctica algunas de las ideas recogidas en la exposición La Dama de Corinto. Un esbozo cinematográfico de José Luis Guerin.

Y así abrimos el museo a la ciudad para observar, crear y compartir a LA SOMBRA DEL TIEMPO.

SOMBRAS EFÍMERAS

Comenzamos con una propuesta de sombras que sólo duran un momento, quizá algo más en nuestro recuerdo. De ellas quedan algunas fotografías, huellas de la acción.

Dispusimos un suelo de luz y color, escenario lleno de sugerencia donde hacer nuestra sombra ligera y curiosa.

Y allí nos zambullimos para reflexionar


y a actuar a la caza de sombras.


Capturamos sombras tímidas


nerviosas


híbridas


explosivas


enigmáticas


pautadas


libres


potentes


delicadas


teatrales


en danza


hipnóticas


dramáticas


póéticas


húmedas


extrañas


pensativas


románticas


o soñadoras.



En la pared, armados con linternas,


nos desdoblamos,


nos congelamos


y nos movimos.

 

Jugamos con la escala, 


los planos de profundidad



y el detalle.


Probamos composiciones 

 

y nos iluminamos por dentro.

 

UNA GALERÍA DE RETRATOS PARA UN SÓLO DÍA

Inspirados en el mito de la Dama de Corinto y siguiendo la tradición francesa y alemana del retrato en silueta, quisimos hacer una colección con las personas que nos visitaron. Pensamos que así podríamos detener el tiempo durante un día y retener las imágenes una vez que se hubieran marchado.


Dispusimos para ello una zona de marcos vacíos con la ilusión de ver cómo se iban poblando.


Elegimos el color de nuestro retrato.


Como damas y guerreros de Corinto decidimos la postura


y el encuadre.



Dibujamos y fuimos dibujados.



Fuimos precisos en el trazo


y recortamos con cuidado.


Nos adaptamos al marco,


buscamos nuestro lugar en el conjunto


y atendimos al detalle.


Observamos para reconocer, descubrir e imitar.



Nos identificamos,


jugamos con nuestra propia imagen


y nos sentimos orgullosos


a cualquier edad.


Reunimos así una buena colección de retratos expresivos.


UNA PEQUEÑA MEMORIA COLECTIVA PARA COMPARTIR

Pensando en esos recuerdos que nos acompañan quisimos reunirlos en un video para conservarlos.
Como en La Dama de Corinto dispusimos un gran cuadro en blanco en el que proyectar nuestra imagen y nuestra voz para contar pequeñas y grandes historias.

Exploramos algunas de las posibilidades expresivas de la sombra


y conocimos algunos elementos de un rodaje.


Nos expresamos en la intimidad


y nos atrevimos ante el gran público.


Volcamos nuestros recuerdos en soledad,


con amigos


y en familia.


Compartimos nuestros recuerdos personales y a la vez anónimos para crear una pequeña memoria colectiva.